Perfil de niños/as
La pobreza y la falta de recursos, la fragilidad de la familia, el abandono de menores por parte de sus progenitores, la pérdida de los padres o la situación de maltrato sufrido por el menor son factores que empujan a muchos chicos y chicas a un triste itinerario por orfanatos o internados, e incluso en muchos casos llevan a los menores a buscarse la vida por sí mismos en las calles.
Son sus vidas, la problemática y las situaciones degradantes que les toca vivir, la falta de expectativas y de futuro y la imposibilidad de que por ellos mismos lleguen a ser personas autónomas y a vivir con dignidad su futuro, las que nos impactan y son las que siguen motivando el desarrollo del programa socioeducativo de atención a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que no viven en su hogar ni con su familia.
Objetivos
Ofertar al menor una intervención socioeducativa dentro de una atmósfera familiar donde desde la prevención, el acompañamiento y la integración pueda desarrollar su itinerario personal, que le permita alcanzar una vida totalmente autónoma y digna.
Prevenir
• Desestructuración psicológica y afectiva.
• Situaciones de riesgo en la vida de los niños.
• Abandono escolar y falta de calificación educativa y profesional.
Acompañar
• En los momentos fundamentales de la vida del niño y de la niña:
infancia, adolescencia, descubrimiento de sus derechos, educación, desarrollo personal, socialización y tránsito a la vida adulta.
• En el vivir cotidiano, dando respuesta a las legítimas necesidades de cada uno de los menores: vestido, alimentación, descanso, salud, actividades culturales, ocio y tiempo libre, y acciones psicoterapéuticas.
Integrar
• Reintegración familiar.
• Integración social y educativa.
• Integración profesional y laboral.
Actividades que se realizan
Estructura, recursos humanos
La casa hogar es el lugar pedagógico de nuestra intervención. El equipo educativo de cada casa es el responsable de la intervención educativa de los chicos y chicas de esta. Por ello, cada una de las cuatro casas se constituye en pieza fundamental de funcionamiento, ya que tendrán la autonomía necesaria en el proceso educativo y en la marcha cotidiana de cada uno de los participantes de la misma, aunque estén coordinadas entre sí y con una dirección común, una trabajadora social y un equipo psicoterapéutico para todo el centro.
En cada casa, el equipo educativo está formado por un coordinador/a de casa, dos educadoras/es de día y un educador/a de noche. Consideramos que es un número reducido de personal, pero hemos primado esta realidad para que las referencias sean más claras y se pueda dar la vinculación educador/menor.
Proyectos
Piso de transición a la vida adulta
Nuestros retos siguen siendo los mismos que cuando comenzamos: empeñarnos en que los niños y niñas que han vivido sin familia alcancen su autonomía como personas y puedan tomar sus vidas en sus propias manos.
Nos preocupa y nos hace soñar lo que sucederá después de cumplir los 18 años. Las medidas de protección para los jóvenes desaparecen y es entonces cuando ellos y ellas tendrán que asumir TODA la responsabilidad.
Hemos puesto en marcha un piso de tránsito a la vida adulta, que permita una adecuada y serena adaptación a la nueva situación que se presenta cuando cesan las medidas de protección. Las destinatarias y destinatarios de este proyecto son los jóvenes que llegan a los 18 años, y están trabajando o siguen estudios superiores.